Tenía la remota esperanza de no volverme a tentar con este blog. Pero no. No se puede. Hay segundos y momentos en que este es el espacio preciso para traicionar al contaminado, regordete y copuchento FB. Que, claro, replicará todas estas líneas ya que alguna vez activé tal servicio.
Pero bueh...
La cosa es que el próximo año se viene diferente. Hay que apretarse más el cinturón (a mí eso no me resulta. Podría morir de algún fallo vascular) y mirar la vida diferente. A algunos nos toca acercarnos aún más al cambio de folio y otros estarán recién empezando a caminar.
Dos mil nueve... que curiosa combinación. Porque desde que tengo memoría el número 29 es el que me ha perseguido más tenazmente. Despierto, miro el reloj y son las 2:09. Salgo de mi casa y lo primero que veo es la puerta del 209. A los 29 años me dio por viajar y conocí exactamente 29 ciudades maravillosas en 29 días. Siiiii, una locura. Por eso aclaraba que fue hace rato.
El cumpleaños de mi mejor amigo es el 29 de enero, un día después del mío. Y creo que mi primer hijo nacerá un 29. Mi hermano incluso vino al mundo un 29. Y si sumo los valores de las letras de mi nombre no dan 29, pero si 58 que al dividirse por dos da 29!!! Que freak.
Y bueno, por algo será. Este año es especial. Con mi querida Jime -con quien comenzamos un 29 de abril- nos vamos a vivir juntos y no contentos con eso, nos vamos de vacaciones los dos por el mismo camino...
En resumen, todo debería ir bien. Salvo, claro, por los imprevistos a saber: muertes, quiebras, accidentes, robos o delitos en general que afecten a conocidos, y varios más.
Larga vida y prosperidad para todos este 2009 que se avecina. Es un buen año. Sólo denle la oportunidad de hablar.
PL
