lunes, 21 de abril de 2008

Cursi

Le decían al buen "Deibid", un amigo, que a veces su estilo de blog recordaba a la Tellado. Un buen tema para tocar. Porque al final del día es como decirle que es un poco cursi para poner en letras sus sentimientos.
Pero más allá del comentario, me quedé pensando en qué puede no ser cursi y llamar la atención del lector.
Decir "me duele un poco el pecho cuando me acuerdo de ella", es harto fome!!! Prefiero una frase más aromática: "Tengo el corazón cansado de tantos malos recuerdos". ¿Eso es cursi? Obvio que si. Pero qué más da. A estas alturas del partido como que uno no se sonroja cuando le encaran la siutiquería en la escritura.
En fin, eso no más.

domingo, 6 de abril de 2008

De vuelta

Volví al Cinzano, después de más de un año. Y estaban los mismos. La misma sed de borgoña, las mismas canciones porteñas. Hasta cantaron el himno del Wanderers, que por ir de trago en trago casi me aprendo.
Estaba el "Leo", y Fuentealba, el piano cerrado y esa tele apagada.
Estaba la mesa coja y el aroma a muchos años de historia. Ahí estaba, junto a una mujer especial y contenta. Ahí estuvimos y antes del Cinzano, el famoso Brighton, que me dejó helado con 4 piscos sour que levantarían a un muerto.
Caminamos por las terrazas celosas, que no me veían hacía un rato.
Se calmó el viento y la arena nos esperó como a las tres de la mañana.
Aquí, en todo caso, no hay historia de amor ni de nada, sólo volver a ver al Puerto. Con dulce compañía.
Volví al Cinzano, después de más de un año, pero en verdad nunca me fui, porque hay una sola promesa que hice allí y aún no se me olvida. Cuando ya no la recuerde, entonces ya no tendré para que volver.
SALUD!!!

viernes, 4 de abril de 2008

Fuerte

El verso se acaba. También el agua que desviste a las palabras de cal. Se termina la vida, los cuadernos y el pan.
Lo tuyo más lo mío sumado, también tiene fin. Y eso me inspira. Como el viajecillo curioso que me dejó robar varias tardes parisinas. Se acaba, a veces, el aire. Y de eso no me quieres ni hablar. Me quedo callado, contento, sentado. Tu viajas de playa en playa jugando a Fidel. Y, claro, al final todos ganamos. Pero ganar se acaba.
El día se acaba. También las letras miserables y alegres de la última carta. Se termina la muerte, la sal y los aviones de papel.
Y todos estos días me hablan de final. Donde me meta alguien adoptó alguna forma de terminar algo. ¿Será una señal?
El tiempo se acaba. También mis ganas de escribir acá después de que me asaltó el famoso Facebook. Porque con él volvieron, instantáneos, los compañeros, familia, recados, amores, mentiras y rumores.
Juega a jugar con mis sueños. O mejor termina de jugar con los tuyos.
Porque en verdad estoy alegre y confiado en que también la soledad se acaba. Y no me refiero a la soledad de solo, sino que a la soledad contigo.