Mire

Estupidísimo Larreta:
Ya lo dijo el amable guardafaros de Evangelistas: "Más vale corriente temperada, que frio torrente destructor".
Sus palabras, como la lluvia, se me caen por los hombros. En mi pasado, sólo alegría. En mi presente reflexión. Y usted?????
Bien sabemos qué tanto lo marcó su infancia en Coihueco. Cómo se forjó entre sauces llorones y familia chata.
Que no se le pase la mano. No piense tanto que se le puede tostar el cerebelo o quizás sus ojos se transformen en orchata.
Mi buen amigo Manuel Luco, insigne bochista de Tocopilla, me comentaba que al leer sus entradas se imaginaba un cerdito pequeño con cara de Jabba y sentado en un cajón de bebidas. Pobre imagen para quien cree ser magnánimo.
La clase se lleva en la sangre. Por eso no necesito que sepa de mis ancestros gloriosos como Raimundo Lezaeta y Garmendia, brillante cocinero de un chifa de Antofagasta. Veterano del 78 y dueño de dos docenas de patos silvestres de Surinam.
O de aquel destacado Cenefio Lezaeta y Alegría de la Coronilla y Acevedo, empresario del jabón de Alto Perú.
También podría hablarle de Martín Lezaeta Colodro-Cañasmandioca, premiado cultor de las lenguas muertas del Chaco.
Nooo, si no se crea. Usted con suerte cuenta en la familia con aquel recordado Patricio Mario Larreta Gávan-Guacheco, que hizo noticia en el Diario Ilustrado por tragarse un estopín minero cuando, borracho como tagua, armó y se comió -mucha habmbre tendría- una ensalada de mechas y dinamita en un pirquén de Andacollo Bajo.
Sea esta misiva, un recordatorio además de su tío abuelo Sulmerio Larreta y La Concha, supuesto buzo experimentado, que por desgracia, murió ahogado no en el Báltico, sino que en un fudre de 2000 litros en una viña de Pirque.
Entonces, como diría aquella bondadosa poeta Chimoltrufia: "No nos hagamos tarugos".
Larreta querido, háganos el favor de irse al demonio. Y sabe qué más es usted un retrógrado, malversado, irreducto, alterado y furibundo imbécil...en el buen sentido.
Hasta luego.