A mediados de semana, un cuatro de octubre de 1991, fui a pedir pega por primera vez. Había escuchado a una compañera más adulta, que estaba colaborando para un diario y quise ver si me la podía.
Fui derechito al mesón de recepción de este medio y pedí hablar con el director. En ese entonces, H.O.V. Esperé un par de horas. Creo que los guardias esperaban que me aburriera y me fuera con mi locura a otro lado. Pero no. Ahí me quedé hasta que la secretaria del director parece que tuvo piedad y dijo que me dejaran entrar. Ahí conocí a la Violeta. Me dio un vaso con agua y me dijo que tenía que esperar. Otras dos horas pasaron hasta que llegó lo que me pareció a mi era más un demonio de tazmania que un director de diario.
"Y tu, qué quieres", me dijo H.O.V.
"Na, pu, trabajar", dije medio en voz alta, medio queriendo arrancar.
"Ja, que eres patuo", me dijo el dire.
Y se levantó de asiento de pronto, me agarró del brazo y nos pusimos en la puerta de su oficina a mirar la crónica de este diario que les contaba.
Entonces, la sorpresa y el bautismo. Al mismo tiempo.
"Renéeeeeeee!!!!! (el jefe de Policía) Aquí te tengo un gomaaaaaaaa", gritó de un lado al otro de la sala de redacción lo que generó no sólo un auténtico "tragame tierra para mi", sino que también la risotada más malévola que había escuchado en mi vida.
Cuento corto. A trabajar. Mi primera salida fue lo que pensé era el caso más grande a resolver: un incendio en una fábrica de frazadas en Quinta Normal.
Ahi conocí al "Rana" Pavez, un fotografo tan malas pulgas que ni el flash lo soportaba.
Pero luego lo conocí y hasta creo que lo estimé un poco. Era bueno en su pega.
Debo reconocer que en cuanto llegué al diario me apadrinaron dos buenos profesionales: Patricia Escalona, que luego me hizo clases en la U, yo iba recién en segundo, y Alejandro Darío Molina (Adamol).
Así partí. Así me hice adulto en eso te de las noticias. Y bueno hubo mucha gente que me apoyó a pesar de mis mañas y falta de tiempo. Y estuvieron ahí para abrazar mis anhelos y encender mi talento. Claudia, Paulina, Florencia, Marlen, la innombrable señorita "K" que harto mal se portó, más recientemente la Montse, la Mariela, Alicia. Supieron y algunas todavía saben tener paciencia. MUUUUUUUUUUUCHA PACIENCIA.
Hablo de mis compañeras porque pese a que no concretamos nada, puta que fueron grandes musas.
Y por otro lado mis viejo. Grandes!!! Ana María y Raúl. Son secos.
Claro también está la gente de la que he aprendido cosas importantes de esta profesión. Me gusta ser un cuentacuentos más que periodista. Y a ello me han enseñado mi gran primer jefe y maestro René Zhigley (Q.E.P.D.), "Marabolo", "Adamol", Claudio, Pedro U., Carlitros L., "Millarahue", mi querida "Lala" Marré, el "Empanada de pino" Erwin Vergara y tantos otros que ya recordaré.
Para todos, gracias!!! y les dedico 16 años de una de las aventuras más estresantes, antimatrimonio, duras, pero entretenidas de la vida. Quizás, por eso este trabajo es mi vida.
P.L.
Fui derechito al mesón de recepción de este medio y pedí hablar con el director. En ese entonces, H.O.V. Esperé un par de horas. Creo que los guardias esperaban que me aburriera y me fuera con mi locura a otro lado. Pero no. Ahí me quedé hasta que la secretaria del director parece que tuvo piedad y dijo que me dejaran entrar. Ahí conocí a la Violeta. Me dio un vaso con agua y me dijo que tenía que esperar. Otras dos horas pasaron hasta que llegó lo que me pareció a mi era más un demonio de tazmania que un director de diario.
"Y tu, qué quieres", me dijo H.O.V.
"Na, pu, trabajar", dije medio en voz alta, medio queriendo arrancar.
"Ja, que eres patuo", me dijo el dire.
Y se levantó de asiento de pronto, me agarró del brazo y nos pusimos en la puerta de su oficina a mirar la crónica de este diario que les contaba.
Entonces, la sorpresa y el bautismo. Al mismo tiempo.
"Renéeeeeeee!!!!! (el jefe de Policía) Aquí te tengo un gomaaaaaaaa", gritó de un lado al otro de la sala de redacción lo que generó no sólo un auténtico "tragame tierra para mi", sino que también la risotada más malévola que había escuchado en mi vida.
Cuento corto. A trabajar. Mi primera salida fue lo que pensé era el caso más grande a resolver: un incendio en una fábrica de frazadas en Quinta Normal.
Ahi conocí al "Rana" Pavez, un fotografo tan malas pulgas que ni el flash lo soportaba.
Pero luego lo conocí y hasta creo que lo estimé un poco. Era bueno en su pega.
Debo reconocer que en cuanto llegué al diario me apadrinaron dos buenos profesionales: Patricia Escalona, que luego me hizo clases en la U, yo iba recién en segundo, y Alejandro Darío Molina (Adamol).
Así partí. Así me hice adulto en eso te de las noticias. Y bueno hubo mucha gente que me apoyó a pesar de mis mañas y falta de tiempo. Y estuvieron ahí para abrazar mis anhelos y encender mi talento. Claudia, Paulina, Florencia, Marlen, la innombrable señorita "K" que harto mal se portó, más recientemente la Montse, la Mariela, Alicia. Supieron y algunas todavía saben tener paciencia. MUUUUUUUUUUUCHA PACIENCIA.
Hablo de mis compañeras porque pese a que no concretamos nada, puta que fueron grandes musas.
Y por otro lado mis viejo. Grandes!!! Ana María y Raúl. Son secos.
Claro también está la gente de la que he aprendido cosas importantes de esta profesión. Me gusta ser un cuentacuentos más que periodista. Y a ello me han enseñado mi gran primer jefe y maestro René Zhigley (Q.E.P.D.), "Marabolo", "Adamol", Claudio, Pedro U., Carlitros L., "Millarahue", mi querida "Lala" Marré, el "Empanada de pino" Erwin Vergara y tantos otros que ya recordaré.
Para todos, gracias!!! y les dedico 16 años de una de las aventuras más estresantes, antimatrimonio, duras, pero entretenidas de la vida. Quizás, por eso este trabajo es mi vida.
P.L.
PD: En la foto aparece el tipo de computador que usabamos en esos tiempos.
1 comentario:
En circunstancias que encontrábase orillas canal meditando situación sentimental aféctale, procediendo lanzarse a las aguas...
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