Al ver ES

Caminaba por Ahumada, que es donde me gusta tomar la temperatura de nuestra querida sociedad...y me di cuenta de la locura del mundo. Un mimo, pintado y trajeado como mimo. Con zapatos de mimo y maleta de mimo...a chuchá limpia hablando por celular. Claro, estaba semi parapetado tras una cabina telefónica, pero, puta, era un MIMO!!! Por último debió gesticular o algo... o pelear en la intimidad de su casa de mimo. Pero no venga a matarle la ilusión a los niños.
Un poco más allá dos cabros chicos, chiiiicos, comentaban lo bien que les va cuando tal o cual mendigo los arrienda para tenerlo en brazos y ablandar al los peatones para sacarles más limosna. Descaro!!!
No alcancé a llegar a Moneda (iba hacia la Alameda) y dos raterillos estaban de hocico en el sueño, contemplando los bototos de unos carabineros. Y te encargo las esposas apretadiiiitas en sus muñecas. "Oiga mi cabo si yo no andaba robando na, es todo un mal entendido", decía uno, el que se veía mayor. El otro, de unos 15 años gritaba "quiero a mi abogado". Mmmm ya.
Mientras tanto, en la salida del metro dos escolares...(presumo que lo eran) se besuqueaban a vista y paciencia del público. Ahora bien eso no está mal, incluso no critico que los dos hayan sido varones. Lo que si me llamó la atención era que parecían volados, tremendamente volados, es que excepcionalmente volados. Volados de marihuana quiero decir. Se caían al suelo y se paraban una y otra vez. Como monos porfiados. Y sin dejar de agarrar. Todo un arte.
Ahhhhhhhhhh no y esta otra es buena. Casí al lado del Club de la Unión un sujeto de corbata y terno pidiendo monedas para llevarle comida a sus amigos presos en la Peni, desde donde él había salido hacía dos días tras purgar no se cuantos años por dos HOMICIDIOS. Anda a no darle una moneda a ese. Casi le hago un cheque.
En fin. Fauna variopinta. Pero qué diablos, aquí nací y algún día estaré yo donde vi al otro.