Tengo una canción pegada. Una canción que me enseñaste hace mucho tiempo.
Apenas me protejo en esas letras y cuando la canto vuelvo a casa. A tus brazos. Vuelvo a escuchar tu voz ciega. Tus dedos de sal y hambre.
Tengo una canción pegada. Y me la enseñaste a costa de un actor loco. Una voluntad pobre. Unas palabras carcomidas por tus viajes.Pero aquí estamos. Otra vez escuchándola. Y deja que te diga sólo un par de cosas más antes de que salga el sol y tengas que irte otra vez. Déjame un par de besos colgados tras la puerta. Déjame dos sílabas prendidas en la boca. Déjame tus ojos...o mejor una mirada. Un acorde. Una nota. Tu pequeño reloj de juguete. Déjame el sábado recién pasado en que nos ganó ese vino histérico. También te reclamo esa promesa pequeña de volver mañana. Y no te olvides que yo tampoco te puedo negar un beso.
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