viernes, 13 de julio de 2007

Cuando el destino nos alcance


Voy a volver sobre la idea del destino. Pero sólo por un episodio medio mágico que viví el jueves pasado. Pensaba, como siempre, para dónde va mi vida. Es decir, medio solo, con 36 y un trabajo entretenido. Además, claro, de amigas y amigos considerablemente buenos. Estaba en eso cuándo sonó el teléfono de la casa. Eran como las 10 de la noche y para mi eso es raro, porque a la casa y a esa hora, no llama ni mi madre. Entonces atiendo y era la voz de una mujer medio desesperada preguntando que quién era yo. Me quedé medio desconcertado y le pregunté su nombre. "Claudia", dijo o más bien susurró. "Hola, con quién quieres hablar?", le dije. Y respondió "contigo". Ya un poco tostado le dije: "mira no me gustan las encuestas, no me gustan las religiones por teléfono y menos que me vendan escobas a batería".
"No, no es eso. Se trata de mí", dijo.
"Ah ya!!!", le dije al momento que comencé a buscar en internet algún numero de asistencia sicológica o de drogas para que llamara.
Entonces me dice: "igual que yo tu debes estar solo, acostado en tu cama, viendo tele...no será más entretenido que hablemos un rato?". Chuta, me imaginé que podía ser alguna trampa y caballerosamente la mandé a la punta del cerro y corté. Era como mucho que alguien intentara algún truco así y que yo fuera a caer a estas alturas de mi life. En fin. Pasaron unos minutos y otra vez el teléfono. "Oye ya poh si son unos minutos, no te voy a preguntar nada raro, ni tu carné, ni los números de tus tarjetas de crédito", me dijo la mujer.
La cosa es que al final hablamos. Su historia no era menor...claro, si es que era verdad lo que contaba.
Resulta que a sus 26 años había terminado una relación de 7 años con su novio. Para resumir, la mina pilló a su hombre en Ahumada con Moneda, coqueteando con una mujer. Se les acercó y ambos saltaron un poco con esta sorpresa. Al final del día ella escuchó la confesión que hizo añicos esos siete años de pololeo...sin anillo y sin propuestas... El novio del año le dijo que hacía tres años el andaba con esa mujer con quien fue descubierto y que era como un juego. Bueno ahí mismo se ganó, a propósito, el "game over" de su novia.
Engañada y perpleja "Claudia" se marchó a la casa de su hermana. Donde dice que estuvo llorando cuatro días y cuatro noches. Algo normal, creo yo. Entre medio, su ex la buscaba para "conversar". Patuo el gallo. Pero...al final, "Claudia" pidió permiso en la pega -que recién tiene hace un año y medio- y se fue de vacaciones muuuuy lejos.
Al volver, apenas tocó el aeropuerto Pudahuel, ella, sus maletas y su pena estaban de vuelta.
Y al llegar a su departamento tomó su teléfono para marcar cualquier número. Y salí sorteado.
Conversamos hasta la una de la mañana. Y fue una gran charla.
Supe cosas de ella que no le ha contado ni a su madre. Y ella supo de mi asuntos que pensé que se morían con uno no más.
Para no latear iré al punto. Pocas veces pasa que uno conoce a alguien, en circunstancias tan extrañas y peculiares, y siente que se trata de una persona que puede cambiar tu vida. Eso fue lo que me pasó. Por eso ahora siento un poco de curiosidad por saber quién está al otro lado de la línea y por qué se ha tomado estos días la molestia de seguir llamándo. Creo que el lunes nos vamos a juntar a un café. Y será como tomarse una copa con el destino, que finalmente nos sigue...o nos persigue en realidad.

1 comentario:

Bárbara dijo...

Guau!
Y yo que creía que a mí me pasaban copsas increíbles.
Es muy buena esta historia, y muy bella.... que tal el café? habrá un post sobre eso?