sábado, 28 de abril de 2007

Adicto

Súbita seda. Cambio de agua y canto. De grietas y granito. Otra vez te pienso. Estás en estas manos, en el mango del paraguas. Estás deshidratada y esperando por mis besos. Te lleno de vida y risa. De bronce son tus ojos, tus pechos de esfuerzo, de sol tu pequeña nariz. Bajo pronto. Pero me queda la duda. Estás siempre alerta y me tomas el acento. Nadie tiene tu voz, tu forma de dormir conmigo. No me hables del presente que tengo manos de futuro. Te conviertes. Te cambias. Te quedas en la retina de paja y algodón. Lo lograste. Si que lo lograste. Ahora te sigo pensando de cima y campo. De bandera y logro. No te quedes en la noche y despierta mis deseos en la tarde.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Adicto o sublime fatalidad?...

besos,