martes, 17 de abril de 2007

Cortos de vista


Dejé de mirarte cuando me di cuenta de que mis ojos pobres no tenían derecho a tanta dulzura.
Dejé de mirarte cuando el sol se enojó conmigo.
Dejé de mirarte y lo extraño.
Y ahora que retomo tu figura, siento que debí haber subido también a un caballo donde empieza tu campo y terminan mis preguntas.
Aveces estoy ciego...pero soy un ciego de caricatura.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Qué lindo, Pedro!