sábado, 23 de diciembre de 2006

Olvídate


¿Por qué no te vas de una vez? ¿Crees que rondando entre mi espalda y mis cabellos podrías lograr algo? Equivocada, pues, equivocada. Lo único que lograste fue mi furia traspasada al suplemento deportivo. Te fuiste y rápido volviste. Estabas otra vez voloteando y revoloteando. ¿Qué querías que te diera un premio? Jamás alguien invadió de esa forma mi espacio. Jamás senti el viento leve de tus alas antes. Jamás pensé que estabas tan desorientada.

Pero, en fin, fui paciente, entero y piadoso. Abrí la ventana para que escaparas. Pero la próxima vez que entres a verme a las cuatro de la mañana, un cojín dará cuenta de tu atrevimiento. Mientras, he comprado Raid. Porque odio las moscas patudas que ultrajan la soledad de mi cuarto.

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