sábado, 24 de febrero de 2007

Los ojos de Millarahue


Sus palabras tienen la piel sencilla del arrebato. Pero no habla por heridas, sino que por el corazon gordo y contingente.
Tiene una voz de espejo cálido, como el chocolate que le gusta tomar después de un día de nieve y viento.
Se parece a las espigas que el viento hace cómplices, pero tiene la opinión marcada por la única visión de la inocencia. Se pasa el día soñando. Y nos hace soñar a dedo. Como llevándonos de sorpresa por la ruta más precisa al consuelo.
Le gustan las historias simples. No se asusta con los monstruos del progreso. De París y Londes, pasó por Talca y conoció de códigos y esperanza.
Ahora anda lejos, pero tiene la cercana insistencia de los que la queremos.
Los ojos de Millarahue vienen del cuesco del alma. De la forma mas amable de existir contentos.
No le alcanza el mundo. No le sirve el cielo. Sólo la pupila fuerte y el reflejo intenso.
Se nos fue quedando. Se nos fue enredando.
Los ojos de Millarahue tienen sombra. En ese espacio nos muestra la tierra, la cal del recuerdo, la piedra de la aventura.
Su noble visión se encarga de arar el mar, de vestir al mundo de la simple armonía de vivir contenta.
http://millarahue.blogspot.com/

1 comentario:

Millarahue dijo...

La millarahue está emocionada, porque nunca pensó que alguien le dedicaría alguna vez letras (y tan bien escritas) en algún reducto virtual ni menos del nivel del suyo, señor Devotodebach. Además se sintió bastante bien representada. Yo, como su mánager, me siento agradecida y algo así como anonadada... anyway, GRACIAS TOTALES, como dijo alguna vez el ídolo Cerati. Y please no pares de escribir!!!