domingo, 16 de septiembre de 2007

Espera

Cómo nos cambia la vida. De la lejana señorita K, a la cariñosa señora M.L. Nótese que es primera vez que la trato de señora. Espero que no le salga ahora lo vanidosa.
En fin, la verdad es que no se realmente si estoy preparado para vivir con alguien. Porque hay cosas medio complicadas de entender en el resto cuando uno no las practica. A saber: me carga no poder estar tranquilo en el baño. Me enferma el aroma a comida que no me gusta. Detesto los adornitos mamones en el baño. No me gusta la leche caliente, tampoco fría, menos tibia. No puedo soportar que me agarren el control remoto. Y mi piano es sagrado. No lo toca ni mi madre.
Claro que todo eso vale un pepino, si vienes, tocas mi puerta y me dices que me quieres querida señora.
En fin. La dura que en realidad no se qué hacer. Me da una lata terrible ser otra vez monógamo. Sobre todo considerando que la señora M.L. sabe que estoy un poco distante de los compromisos. En fin ya veremos. Ahora bien, si la próxima semana, mas precisamente el martes a las 12 en el mítico banco de la Plaza Ñuñoa me mandan a la cresta por estas ideas...tendré que irme con mi bombo y mi chinchin al País de las Maravillas. Ahí me espera Alicia, la del conejo. Jijijijiji.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bien por la cariñosa señora M.L., ahora, creo que te estás enrollando demasiado, las expectativas matan toda relación, deja que las cosas fluyan, a lo mejor, a la señora M.L. también le carga que la molesten en el baño...

*°·.¸¸.° Heidy °·.¸¸.°* dijo...

Cuando uno ama, todas esas cosas que le molestan pasan a un segundo plano. Todo es cuestion de que ambos cedan un poco de terreno y lleguen a un arreglo