jueves, 8 de marzo de 2007

Desastres



No tengo miedo a matar mis malos recuerdos. Ni mi mala suerte. Ni mis pésimas palabras. Ni mis arrebatos. Más bien me da pánico que me pillen mientras lo hago. Ese es el problema. Que no quiero testigos. Y parece que me quiero dar cuenta recién ahora. Después de un par de vodkas. Después de recorrer la ciudad a pie.
Después de intentar ser menos estúpido y creer que la gente es buena.
Toma tus miradas y quiebralas. Toma tu sentido cariño y andate a la punta del cerro más alto. De ahí me miras un ratito y verás como quieren en Chile, al AMIGO (CLARAMENTE YA NO LO ERES) cuando es forastero.
Muérete un poquito...ya???

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