lunes, 19 de marzo de 2007

Indiferénciamelo

Tenía pensamientos pequeños. Sin terminar. Todavía con rueditas a los lados, como las bicicletas de los niños. Pero entendía un poco el mundo. Mundo de esponja y sol de cobre plástico. Por culpa de la nieve y el barro mineral, mis zapatos de pluma y laurel quedaban siempre fuera de estante. A veces entraban solos, invitados por la fiebre de calcetas arropadas entre mantas y bufandas... Háblame un poco más de ti. Como fue que te cruzaste en mi camino. Como fue que tus pestañas se durmieron en mi hombro. No te equivoques!!!! No te lo digo a ti, te lo digo a TI.

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